Tema
Voyeurs recoge las vivencias de la autora entre 2008 y 2010. Sus viajes a Japón con su entonces pareja, el director de cine, Michel Gondry para presentar la película Tokyo!. Cuenta su ruptura con él, sus charlas como autora, sus visitas a Comic Cons, sus primeros recuerdos como autora de fanzines y cómo son de diferentes las convenciones ahora que es una autora reconocida, su intento por conocer a Robert Crumb y un sinfín de cosas sin aparente trascendencia que le van sucediendo.
Son hechos recogidos a modo casi de diario, escenas sin entrelazar marcados con su respectiva fecha. Lo mismo te muestra un viaje, que cuando no quiere más que quedarse en casa llorando o sufre de baja autoestima.
Puntos fuertes
Precisamente esa aparente arbitrariedad en el relato es lo que más ha llegado a público y a la crítica. Los lectores se conviertan en meros Voyeurs, curioseando la vida de la autora como si estuviéramos en uno de esos canales 24h de cualquier reality.
Bell no se esconde ni suaviza su difícil personalidad. Se retrata insegura, antisocial, arisca, gruñona y lo va intercalando en las experiencias del día a día, sea en Nueva York, París, Tokio o California.
Gran parte del éxito de la autora recae en esa narrativa tan tranquila como hipnótica. Con una estructura de 3×2 viñetas fija, y un dibujo de trazo sencillo sin exceso de detalles propio del cómic independiente, va contando secuencias a veces absolutamente intrascendentes, con un efecto magnético sobre el lector, transfiriéndole la necesidad de continuar leyendo en busca de una anécdota graciosa, algún suceso interesante. Hay veces que sí los son pero en otras relata escenas que cualquier otro autor se pensaría mucho si merecen estar en su obra. Eso le da un toque de verdad al cómic que difícilmente conseguiría si solo estuvieran seleccionados los momentos importantes. Y como además consigue transmitirlas sin llegar a aburrir, produce una sensación muy interesante.
Por qué es medicina gráfica
Bell se muestra como una persona con una severa carencia de autoestima, con cuadros depresivos recurrentes y crisis de ansiedad frecuentes. Reconoce que hay veces que le molesta el contacto social y que prefiere quedarse encerrada en un hotel a salir a conocer Tokio, con tal de no tener que aguantar a alguien que le acompañe. Se diría que usa estas novelas gráficas como terapia para intentar abrirse al mundo y reconocer su enfermedad, lo cual supone un paso importante en algunos casos.
Muestra rasgos de personalidad antisocial, por momentos impresiona de, no tanto un trastorno de personalidad, pero sí rasgos límites de personalidad, alternando cuadros de gran tristeza, aislamiento y ansiedad con otros en los que tiene rabietas y comportamientos impulsivos, como ponerse sombreros que le han regalado o hablar en una charla impulsivamente aunque esté contando cómo hacía fotocopias sin permiso cuando empezó haciendo fanzines…
Muestra un poco de su infancia, lo cual ayuda a comprender su personalidad, bien por una madre con una educación un poco peculiar, que demoniza la figura paterna y no da herramientas de autonomía a los niños, o un padrastro del que sugiere que pudiera tener la mano algo larga en algún momento…
Premios y enlaces de interés
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