Tema
Una semana en la vida profesional de Baptiste Beaulieu, un joven médico residente de Urgencias. Cómo afronta las dificultades de sus turnos con humor y con historias así como su acompañamiento a la “mujer pájaro-de-fuego”, una paciente en la planta de paliativos.
Puntos fuertes
Vivir también es urgente te atrapa de principio a fin. Si eres médico es posible que te veas reflejado en muchas de las historias y si no, son esas mismas historias de hospital las que hacen de este libro algo curioso y especial.
Está organizado como una especie de diario de 7 días que comienza a las 7:30 al llegar al hospital y acaban hacia las 9 de la noche al salir del mismo. Cada día es un capítulo en el que predomina junto a negros y grises, un color en particular. A pesar de que fluye el relato de historias paralelas con la realidad del momento, es muy fácil de seguir al estar también marcadas las horas que van transcurriendo.
El tipo de ilustración es muy expresiva, con mucho detalle pero con personajes sencillos y diferenciables. Con bocadillos de texto y de pensamiento que enriquecen la lectura y aportan el realismo de mantener la actitud profesional mientras se rumian pensamientos altamente críticos. La perspectiva de la imagen es muy cambiante, muy dinámica y no hay cajas, se utiliza el color y la organización de texto e ilustración irregular para ir marcando la lectura. El tipo de fuente, siempre la misma, parece escrita a mano, caligráfica.
Es un libro cargado de humanismo, de vida y también de muerte, de sufrimiento y alegría, de compañerismo, de humor, de historias, acompañamiento y empatía. Muy entretenido y de fácil lectura.
Por qué es medicina gráfica
Refleja de manera magistral la vida en urgencias, apareciendo casos de todo tipo desde banalidades y casos inapropiados hasta emergencias vitales. Intentos de suicidio, intoxicaciones, escayolas, accidentes, interconsultas con colegas poco amistosos, borracheras, violencia de género…y un largo etcétera.
A la vez, vamos profundizando en los profesionales que ahí trabajan, principalmente en los médicos y las relaciones entre ellos, amistades y enemistades. Los médicos son completamente realistas, con sus problemas personales, su bondad, su humor, sus miserias y sus grandezas. Queda clara la faceta autobiográfica de esta novela gráfica. Personas que sufren, que hacen vínculos con algunos pacientes o que sienten rechazo por otros. Los médicos como permanentes “testigos de historias extrañas y bellas” y qué recursos usan para sobrevivir a la visión de tanto sufrimiento humano.
El protagonista y autor, pasa cada momento que tiene libre entre casos y después de sus turnos con una paciente en la habitación 7 de la planta de Paliativos que está llegando a su final. Quizá ve en ella el reflejo de su madre, quizá ella ve el reflejo de su hijo, creando una sintonía que se rellena de historias y experiencias médicas que sirven de alivio a ambos. Baptiste la entretiene leyendo le un cuaderno en el que va guardando historias de pacientes, con humor y sensibilidad.
Los comentarios que se realizan sobre el final de la vida son extraordinarias. Provocan emociones y reflexiones muy interesantes.
Una obra imprescindible en Medicina Gráfica, didáctica para entender cómo gestiona un médico su vida en urgencias, realmente útil para estudiantes de medicina. Fantástico para hablar de cuidados paliativos y en general sobre comunicación médico-paciente y humanismo en el medio sanitario.
Muy, muy recomendable.