Tema
“Que es lo único que queda por hacer cuando ya no hay nada más que hacer…Añadir vida a los días, ya que no podemos añadir días a la vida…”. Cómic autobiográfico lleno de ilustraciones conmovedoras cargadas de empatía y emoción, donde un enfermero de cuidados paliativos nos cuenta algunos de los momentos más especiales vividos junto a sus pacientes a los que acompaña con humor y música hasta el final de sus días.
Puntos fuertes
“¡Viva la vida! Del primer al último día”, podríamos decir que engancha desde la primera página hasta la última, es sin duda un cómic fácil de leer por su limpieza estética, carente de viñetas que no se echan en falta y con ilustraciones de trazo limpio muy cuidadas a la par que divertidas.
Podría parecer que dado el tema que trata, la muerte, el final de la vida, el sufrimiento del paciente… sería una historia gris, triste, apenada, pero para nada resulta así. Existen momentos muy duros, pero se narran con mucha sensibilidad a través de sus dibujos. Las ilustraciones son en blanco y negro, se utiliza el azul es algunas ocasiones para colorear parte de los dibujos. Un acierto sin duda la elección del azul, puesto que este color está vinculado al pensamiento interior, la inteligencia y las emociones profundas. Aunque hay que caer en la cuenta de que este recurso no lo usa con todos sus personajes ni en todas sus historias. Quizás las historias con pinceladas de azul, sean aquellas que provocan más sentimiento en el autor.
La gestualidad de los dibujos es una maravilla, refleja cada estado de ánimo de los personajes con un toque conmovedor que hace que el lector se involucre en cada página, en cada uno de los sentimientos, medias sonrisas, lágrimas, carcajadas y miedos… todo dibujado con mucha empatía y cariño. Te sorprenderás riendo a la par que se te humedecen tus ojos.
Una de las ilustraciones que más se repite en esta obra son “las manos que se agarran”, que simboliza muchísimo los cuidados paliativos. El acompañamiento en su final tan cercano e inapelable. Esa mano que no te va a dejar que te vayas solo, que te va a acompañar hasta tu último aliento.
Por qué es medicina gráfica
Este cómic es una obra autobiográfica de un enfermero que desarrolla su profesión en el ámbito quizás más duro de la enfermería, los cuidados paliativos. Y digo duro, porque por lo general a nadie le enseñan en la vida a enfrentarse día a día con la muerte, y como profesional a ese sentimiento de saber que tus pacientes “no llegaran muy lejos”. Sin embargo, no todo es salvar vidas, curar o rehabilitar, si no que se pueden desempeñar otros cuidados más cercanos e integrales dirigidos al enfermo y su familia cuando el final de sus días se acerca.
Esto es lo que el “l´homme étolié” (el hombre estrella) o por su nombre, Xavier, ilustra en este cómic, no solo los cuidados físicos de la enfermedad, administrar medicación, calmar el dolor o curar heridas y vías… si no el cuidado en la esfera psicológica muchas veces olvidada pero que gracias a Xavier cobran de nuevo importancia, y recuerdan que no todo es curar, que podemos hacer mucho más cuando hablamos de cuidados al final de la vida. Él intenta que los pacientes se expresen y se evadan de sus camas de hospital a través de la música, dando el igual el género musical, lo importante es hacerles sentir más vivos esos días que les quedan.
Da gran importancia a la comunicación con el paciente, a descubrir sus sentimientos, sus miedos y les ayuda en el afrontamiento de sus circunstancias a través del humor, la risa y el acompañamiento. Grata sensación de saber que hay alguien que se preocupa de ti más allá de tu tratamiento médico.
No solo la comunicación con el paciente es importante, la familia es estas situaciones también sufre mucho, llenos de desconcierto y preguntas, Xavier, les hace ver la situación como es, ni mentiras ni falsas esperanzas.
Por otro lado, vivimos en una sociedad donde la imagen esta a la orden del día, pero Xavier rompe con todo esquema, enfermero, hombre, con casi dos metros de estatura, lleno de tatuajes y pinta de vikingo, muestra una sensibilidad y gran corazón que sus pacientes no pueden pasar por alto quitando toda importancia al aspecto quedándose con lo bueno que les hace sentir, su cariño y profesionalidad.
En resumen, una obra muy recomendable para aquellos que piensan que una vez agotados los cartuchos para salvar la vida poco más podemos hacer. Un grito al buen hacer, a los cuidados de calidad al final de la vida y a una humanidad que se traduce en una muerte digna.
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