Por qué es medicina gráfica

El experto en Medicina Narrativa, Arthur Frank, habla de tres tipos principales de narrativa: la de restitución, donde el paciente pierde la salud, recibe un tratamiento y vuelve al estado en que estaba, la de búsqueda, donde el paciente cambia a lo largo del proceso, y llega aun punto distinto del de partida (no recupera su “normalidad”), y la caótica, de la que este relato es un perfecto ejemplo. No se vislumbra en ningún momento una resolución a la situación, da la sensación en todo momento de que “todo va a ir a peor”. Rachel y Lars salen de una, y se meten en otro problema, ya sea doméstico, médico, social. Y sin embargo, aunque este término (“caótico”) evoque desorden y cierta negatividad, sí es posible visualizar cómo se va tranquilizando la situación, y el tono narrativo adquiere un sentido de pausa más notorio. Intencionada o no intencionadamente, se puede ver en el último tercio de la obra en relación a un hecho vital muy relevante que afecta a la familia.

A lo largo del libro aparecen eventos que podrían ser descritos como obstinación terapéutica con Rachel: desde su ingreso a la residencia de ancianos hasta la progresiva complejidad de las hospitalizaciones y sus complicaciones (cirugías, caídas, procedimientos, negligencias). También en los últimos días de Lars, muy deteriorado pero cognitivamente intacto, él mismo pide que dejen de hacerle constantes, que le molestan porque se está muriendo. Una visión dura, oscura y realista del cuidado de salud en los adultos mayores.

Un aspecto que se refleja muy cruda y potentemente en esta obra es el efecto de la hospitalización sobre la dinámica familiar, tanto sobre el paciente como el efecto negativo sobre los suyos. Entra en juego la sensación de culpabilidad de Laura o las miradas de desaprobación que el personal de salud dedica a Lars al salir de la habitación tras visitar a Rachel, como si fuera un marido maltratador. A nosotros como personal médico nos es fácil caer en el “peligro de la historia única”.

Hay intercambios interesantes y útiles para reflexionar sobre la comunicación médico-paciente/familiar y lo inapropiado del uso de jerga médica. También puede ser útil para tratar el tema de las voluntades anticipadas y la participación de los ancianos en tomas de decisión. Lars tiene claro que quiere acabar los días en su propia cama y Rachel hace todo lo posible para que así sea.

Esta obra es sin duda un material de mucha, muchísima utilidad a familiares y personal de salud que se relaciona, trata o está a cargo de pacientes en etapa de senectud y que están ya comenzando esa travesía hacia la laguna Estigia guiados por Caronte (una magnifica referencia en la obra). A través de los ojos de Lars, Rachel y Laura se abre este espacio que nos permite reflexionar acerca del pasado, y encarar lo que viene hacia delante. Una oportuna obra también para la simple reflexión personal sobre la ancianidad y la muerte.