Tema
“Poncho fue” es la historia de la relación tóxica de una pareja heterosexual. Narra los dulces comienzos de la pareja donde todo encaja en la idea de amor romántico y los desencuentros que van teniendo lugar con mayor frecuencia, en los que se va revelando la figura del maltratador, mellando en la salud mental y física de Lu, la protagonista.
Puntos fuertes
“Poncho fue” es el nombre de un juego consistente en golpear al contrincante cada vez que encuentras un coche escarabajo (“beetle”), y se acaba cuando uno de los dos jugadores dice “fue”. El título del libro nos da pista de que nos encontramos ante la historia de una relación, que si alguna vez tuvo algo de juego, ya se ha terminado. Doscientas páginas en las que Sole Otero hace un uso magistral de su especialidad, el color. Utiliza la técnica de la acuarela y escoge conscientemente la paleta de color que mejor representa las emociones de los personajes; el color es una parte muy importante de la narrativa de la historia. El texto aparece enmarcado en viñetas y también hay momentos en los que emanan de la propia protagonista palabras como “culpa” “manipuladora” “cobarde”. La historia parte de una discusión fuerte en la que se llega a producir una agresión física, y a partir de aquí hay capítulos con los retrocedemos en el tiempo para entender la relación y otros con los que volvemos al tiempo presente.
A lo largo de la historia la autora hace uso de algunas metáforas visuales:
- La superioridad de un miembro de la pareja sobre otro se hace notar con cambios en el tamaño de los personajes; por lo general es él quien se impone y Lu quien se hace pequeña, quedando envuelta en un nido de sábanas del que no puede salir.
- El animal preferido de Lu es el elefante, hay una página en la que ella se pone un disfraz de este animal pero él le impone que ha de ponerse el de ciervo. Esto refleja las imposiciones que tiene sobre ella acerca de su manera de hacer, de vestirse, de peinarse…
- Las palabras reconfortantes y a la vez engañosas de Santi aparecen enmarcadas en un bocadillo con forma de nubes sobre el que descansa la cansada Lu.
- Lu termina por iniciar tratamiento con antidepresivos junto a psicoterapia y vemos una secuencia en la que se va borrando el color rojo de su interior hasta convertirse en una chica gris.
- Aparece en numerosas ocasiones una sombra dibujada a grafito que representa tanto la ira interna que va creciendo en Lu, como el miedo de superarse en nuevas situaciones.
Por qué es medicina gráfica
“Poncho fue” es una novela gráfica útil para hablar de violencia de género y maltrato en la pareja. Podría utilizarse en institutos como ejemplo para adolescentes en edad de inicio de relaciones, con el fin de educar en género y relaciones sanas. Asimismo puede ser una herramienta de trabajo en talleres comunitarios o terapias psicológicas con mujeres que están atravesando una situación de maltrato, como espejo externo de vivencias: hay un momento en el que la protagonista acude a una terapia en la que la psicóloga le hace ver de forma externa las situaciones de conflicto que ella no estaba siendo capaz de identificar y es así como las reconoce. También puede ser una lectura de choque para personas que han ejercido violencia o maltrato psicológico sobre otras, para verse desde fuera e iniciar el cambio. En sí es buena lectura para educar a cualquier lector en prevención primaria de maltrato y violencia en la pareja.
El relato nos presenta al personaje de Lu, una chica introvertida, ilustradora, que tiene a su grupo de amigas cercanas y vive con su gato, a quien poco a poco le va absorbiendo la figura de Santi. Santi es un hombre extrovertido, desde su punto de vista ejemplar para muchas cosas, pero en realidad es un inmaduro con poca capacidad de introspección y que exterioriza sus inseguridades poniendo en ridículo a los demás, lo que resulta muy peligroso en el ámbito de la pareja. La lectura permite identificar un perfil de riesgo para el maltrato en la figura de Lu: persona introvertida, insegura, independiente económicamente (algo de lo que Santi se aprovecha pero que a la vez le genera malestar interno por no aportar más que ella). Lu va mostrándose incapaz de realizar tareas habituales como dibujar, entregar trabajos a tiempo, quedar con sus amigas, hasta el punto de no poder salir de la cama…todo ello debido al drenaje de energía que le lleva gestionar la relación con Santi. El relato es una montaña rusa emocional de subidas y bajadas en torno al ciclo del maltrato descrito por Leonor Walker: fase de calma, fase de acúmulo de tensión, fase de explosión o agresión y fase de luna de miel. Lo que tienen en común estas fases es que él es quien domina la conversación hasta que ella ya no puede más y termina sacando la ira que ha ido acumulando, además de la manipulación psicológica a la que es sometida, orientada siempre hacia la culpabilidad de Lu (incluso la tacha de persona bipolar por tener antecedentes familiares).
Vemos el deterioro en la salud mental y física de la protagonista, quien inicia malestares somáticos (cefalea, contracturas musculares, cambios en el ritmo del ciclo menstrual, insomnio), coge peso, abandona el deporte y va palideciendo progresivamente. A pesar de ello, la fase de luna de miel hace que la pareja vaya creciendo y tomando decisiones en común como mudarse juntos, hacer un viaje lejos, compartir gastos, pensar en la idea de tener hijos…por lo que ante cada nueva fase de tensión y explosión, a Lu le resulta más difícil tomar la decisión de romper la relación y salir del peligroso ovillo de maltrato y aislamiento en el que se ha metido. Por suerte hay una última rueda en la que el estallido es demasiado fuerte y la familia acude al rescate, iniciando cuidados de la protagonista que con tiempo y paciencia resurge de sus cenizas para iniciar nuevos proyectos y relaciones, que sin duda estarán marcadas por la experiencia pasada.
Premios y enlaces de interés
Web de la autora: http://soleotero.com/