Tema
Vera Lima (alter ego de la propia autora) es una niña que convive con su familia: su madre, Adela, que padece una enfermedad mental; su padre, que trabaja día y noche y parece querer desvincularse del problema; y Alfredo, su hermano y principal blanco de los delirios de su madre. Cuenta la historia y sobre todo los síntomas de su madre, pero desde el punto de vista de una niña de unos ocho años.
Puntos fuertes
La obra es, en palabras de la autora, una realidad ficcionada. Basada en sus propias experiencias pero con el velo del paso del tiempo que a veces difumina los recuerdos, y usando la ficción para tapar las grietas de sus propia memoria.
La obra es descriptiva, no tiene una trama como tal, y cuenta cómo era el día a día de vivir en un casa con una madre enferma y un padre ausente por cuestiones laborales. Su gran punto fuerte es contarlo desde el punto de vista de una niña, lo que hace que el lector se sensibilice más hacia la historia, y nos revela una faceta no tan explorada, sobre cómo viven este tipo de enfermedades los más pequeños de la casa.
El dibujo es muy sencillo, con un trazo a mano alzada y muchas viñetas en las que las caras se representan simplemente con unos ojos y el pelo. La mayor parte de las páginas están dibujadas sin el marco de la viñeta. A pesar de ello, la narrativa no pierde fuerza, y se apoya en algunos recursos visuales como esa tormenta de botellas cuando la hija descubre el alcoholismo de su madre, o esa interesante doble página en donde las páginas conforman un mapa del recorrido por la ciudad de Vera con su madre de un sitio a otro.
Por qué es medicina gráfica
Aunque en ningún momento se especifica la enfermedad de la madre, y a pesar de ilustrar algunos informes de los médicos, parece que estamos ante una esquizofrenia paranoide. Adela presenta delirios sobre su hijo (piensa que se droga), rechazo a la enfermedad, y vuelca su frustración en la religión. Además, presenta abuso de alcohol y episodios depresivos donde no sale de la cama y apenas come.
Muy importante cómo se representa el papel del cuidador, que en gran parte de la obra recae en la supuestamente menos indicada para esta tarea. El padre está ausente, y no confía en poder asegurarse de que toma su medicación correctamente y siga sus revisiones. Dicha responsabilidad es aceptada por la niña. A pesar de ser una situación desbordante, la niña lo vive como lo que es, una niña, con sus aficiones y una alegría inquebrantable. Acepta su rol en todo momento sin quejarse.
Premios y enlaces de interés
Ganadora del XII Premio de Banda Deseñada “Castelao” da Deputación da Coruña. 2018.
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