Tema
Tonyo es un chico que intenta terminar un guión autobiográfico sobre cómo un accidente de su infancia provocó el atropello de una de sus, hasta ese momento, mejores amigas. Desde aquel día, tiene que lidiar con una voz interna que le provoca palpitaciones, y ceba su inseguridad. Comenzar una nueva relación, intentar resolver asuntos del pasado y terminar sus tareas se convierten en una tarea desafiante.
Puntos fuertes
La obra se centra en mostrar el proceso de ansiedad y cómo entorpece cualquier tarea que se proponga, pero no lo hace desde un tono victimista ni que intente buscar la compasión del lector, sino que se limita a ilustrar cómo es el día a día de una persona con tal enfermedad. Se trata de síntomas que pueden ser fácilmente reconocibles por cualquiera porque, a pesar de que aquí la ansiedad forma parte de un trastorno más severo, son síntomas que, en menor medida, todos hemos experimentado alguna vez.
Como en buena obra de Medicina Gráfica en torno a la salud mental el simbolismo es muy importante, y para ello se recurre a tres gamas de colores que dejan claro las diferentes esferas donde tiene lugar la historia: la realidad, de un tono azulado; el pasado, en tonos grisáceos; y la esfera de la ansiedad, en tonos anaranjados (que pueden pasar a rojo en los peores momentos) donde tenemos puro simbolismo, personificando la ansiedad en una figura tétrica delgada y alta que continuamente pone de relieve las debilidades del protagonista y produce síntomas como taquicardia, disnea o sudoración.
El dibujante juega con los paralelismos, especialmente cuando entra en escena Marié, un nuevo interés amoroso para Tonyo, y a la que conoce en el psicólogo. Hay escenas en las que se solapan ambas consultas, recalcando así los puntos en común aunque sirviendo a su vez para mostrar cómo lo gestiona cada uno. También hay recursos como la pérdida de detalle del interlocutor cuando empieza a sufrir un ataque de ansiedad... y el salto final hacia la esfera naranja.
Pero probablemente el punto más fuerte de la obra sea su acierto a la hora de mezclar los propios esfuerzos del protagonista, y de cómo la ansiedad lo dificulta, con los propios sentimientos y la importancia que tiene el apoyo recibido por parte de familia o amigos. Consigue emocionar al lector y alternando escenas del pasado y del presente da una idea muy efectiva de lo que supone el apoyo mantenido en el tiempo, incluso cuando es agotador para el amigo/familiar. La escena clave de la obra, cuando el protagonista pierde el control, es la mejor muestra de ello.
Por qué es medicina gráfica
Transmite muy bien qué es un trastorno de ansiedad, los síntomas que provoca y de cómo pueden ser desencadenados por un asunto nimio o por otros más importantes. Con la personificación de esa ansiedad en forma de figura siniestra entendemos las continuas inseguridades del que la padece, con esas ideas autocríticas y pesimistas que hacen que tomar una decisión sea una tarea agotadora por pensar siempre que “va a salir mal”.
Aunque todo este tipo de obras pueden servir para el propio paciente como espejo donde mirarse y generar un sentimiento de grupo y de no ser el único que lo padece, diría que puede ser más útil para familiares y acompañantes, en cuanto a poder ser más conscientes de lo que supone esa “voz” interna que cuestiona todo lo que se propongan llevar a cabo y la importancia vital que tiene su apoyo mantenido. Sin duda, es una obra que habrá servido también al propio autor para poder compartir su propia vivencia.