Tema
Diario gráfico en el que el autor relata sus vivencias durante la espera a ser intervenido quirúrgicamente.
Puntos fuertes
Se trata de un cómic autobiográfico en el que se narra, en clave de humor, el día a día de la espera a una intervención quirúrgica. Un relato fresco y espontáneo ya que, Javi Blanco, el autor de la historia, subía una viñeta diaria a redes sociales mientras estaba en esta situación y que ahora recopiladas conforman este cómic. Por lo tanto esta obra no ha tenido una planificación previa, sino que el guion de la misma se ha ido conformando con la secuencia de vivencias cotidianas que configuran el relato.
El formato de la obra (160 x 160 cm) facilita que cada página contenga una única viñeta. Dibujada con estilo caricaturesco en blanco y negro, utilizando diferentes tramas para el sombreado. Cada viñeta mantiene una estructura casi fija a lo largo de todo el cómic. En la parte superior de la viñeta se encuentra el relato y/o reflexión del día, que se acompaña de una escena humorística que tiene a nuestro protagonista como actor principal en la mayoría de las secuencias.
Se trata por lo tanto de un diario ilustrado narrado en primera persona donde se entremezcla la situación clínica y anímica del paciente, las vicisitudes administrativas que provoca el contacto con el sistema sanitario, las visitas médicas, pruebas diagnosticas y tratamientos fisioterápicos con la cotidianidad del día a día: las elecciones, los éxitos deportivos del momento, los hobbies y aficiones, la convivencia familiar…
Uno de los puntos fuertes de este cómic es que lo que se relata está construido a partir de la realidad cotidiana, nos permite ver el enfoque humano y no estadístico de lo que hay detrás de los números de las listas de espera, que en muchas ocasiones se utilizan de arma arrojadiza a nivel político sin pararnos a pensar en el ser humano que hay detrás de este problema.
Por qué es medicina gráfica
Es un cómic que aunque está narrado desde el humor mantiene un componente crítico hacia el sistema sanitario que lo hace muy interesante desde el análisis de la medicina gráfica. El humor siempre ha sido un gran vehículo para contar cosas serias.
En esta obra se tocan temas tan controvertidos como la ineficiencia burocrática del sistema público en la gestión de la lista de espera e incluso en la compartimentalización de las tareas de los profesionales. Una viñeta nos presenta a dos sanitarias que discuten delante del paciente si hay que trasladarlo en silla de ruedas o cama y quién debe subir a planta al paciente según la opción que se elija… ¿cuántas veces, como profesionales o pacientes, hemos presenciado una escena similar?
Aparecen viñetas haciendo referencia a la burocracia y los protocolos que provocan la peregrinación del paciente por diferentes ventanillas que el autor metafóricamente representa como un “muro de ladrillos”, los bucles administrativos o los intentos infructuosos de contactar por teléfono. Finalmente nuestro protagonista debe recurrir al sistema privado, a través del seguro de su empresa, para disminuir la espera planteando un debate muy interesante “sanidad pública vs sanidad privada” confrontando los pros y contras de cada una de ellas.
Dejando a un lado las referencias a la gestión sanitaria que tiene este cómic, a nivel clínico también presenta viñetas interesantes que hacen referencia a temas relacionados con la patología del paciente. Desde la toma de fármacos analgésicos y sus efectos secundarios a la sintomatología secundaria a un fenómeno de compresión de estructuras del sistema nervioso por una hernia cervical. En las viñetas el autor describe las parestesias, el dolor neuropático y el déficit motor de la cervicobraquialgía que padece. También se hace referencia a las secuelas crónicas que le dejó una mielitis transversa sufrida cinco años atrás.
A lo largo de la lectura van apareciendo escenas de pruebas diagnósticas como la realización de una punción lumbar, la experiencia de realizarse una resonancia magnética y pruebas de electrofisiología. Llegando por fin el momento de la intervención quirúrgica, una artrodesis cervical, la anestesia, el ingreso en UCI y el postoperatorio.
La obra pone en valor la labor, no siempre visualizada, de los fisioterapeutas con su intervención aliviando los síntomas durante la espera y su actuación clave en la recuperación posterior a la cirugía dejando viñetas muy divertidas.
Si hay una crítica subyacente en este diario es la dificultad y trabas del sistema para llegar al profesional sanitario al que Javi Blanco trata con respeto durante todo su relato. En este caso centrado en la figura de un neurocirujano del sistema público (pero que podría ser cualquier otro profesional de la salud) impotente teniendo que hacer frente a una lista de espera que con los recursos actuales solo le permite atender la demanda urgente o “muy preferente” demorando las intervenciones a plazos por encima de lo deseado. Esta situación genera estrés y sufrimiento en el profesional y es una de las causas del Burnout sanitario en la actualidad.
A la pregunta ¿qué podemos extraer en referencia a la Medicina gráfica de este diario ilustrado? Yo diría que hay viñetas muy potentes que pueden ayudarnos a tratar temas muy serios desde el humor, iniciar un debate o utilizarse como inicio de un seminario sobre la gestión sanitaria o reflexionar sobre lo importante que es tener una sanidad pública mas eficiente e intentar subsanar sus deficiencias.
Esta obra es crítica con el sistema sanitario pero a su vez es un alegato a favor de nuestra sanidad pública y una llamada a la implicación de todos para mantenerla.
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