Tema
Ellen Forney, autora y profesora de cómic, recibe un demoledor diagnóstico a los 30 años. Padece un trastorno bipolar. En esta novela gráfica dibuja cuatro años de su vida, ilustrando con precisión episodios maníacos y de profunda depresión.
De inicio rechaza medicarse porque teme perder su talento creativo. En plena fase maníaca se siente capaz de dominar la enfermedad. Sin embargo, al caer en la depresión “esa convicción desapareció de golpe”. A partir de aquí, asistimos a continuos reajustes de su medicación, convirtiéndose la consulta de su psiquiatra en uno de los escenarios que más se repiten a lo largo del libro.
Tendréis que llegar al final para conocer el desenlace de esta historia que te atrapa desde el primer capítulo.
Puntos fuertes
Destaca el potente lenguaje visual de la autora. Con unos sencillos pero expresivos dibujos en blanco y negro, rodeados de onomatopeyas y cartelitos aclaratorios, nos pasea (sube y baja) en el caballito de su tiovivo emocional.
Contrasta la narrativa correspondiente a los niveles emocionales opuestos: el estado eufórico y la profunda melancolía, llegando al extremo en la secuencia de imágenes esquemáticas que abren el capítulo cuatro. Revelan un terrible estado en el que tan solo capaz de arrastrarse de la cama al sofá y permanecer todo el día enrollada en una manta.
Resultan especialmente didácticas las ilustraciones en las que compara los estados maníacos y depresivos con las emociones de alegría y tristeza que se sitúan “dentro de la norma”.
Además, el libro incluye dibujos realizados por la autora en su cuaderno de bocetos donde retrata sus sentimientos con una gran carga simbólica.
Por qué es medicina gráfica
Majareta permite asomarse al mundo de la enfermedad mental desde un relato en primera persona. Desmonta el estereotipo del artista loco y la creencia de que medicarse disminuye la creatividad.
Para los profesionales sanitarios, una narración en primera persona ofrece la posibilidad de empatizar con el paciente, conocer sus miedos y motivaciones para rechazar el tratamiento que aconseja la evidencia científica, así como para ocultar información que puede interferir en el proceso de recuperación.
Personas recién diagnosticadas de trastorno bipolar pueden encontrar en este cómic la compañía que Ellen sintió leyendo biografías que mostraban “sus propios demonios”.
Ellen es una persona experta en su enfermedad y dan ganas de ficharla como formadora en un programa de paciente experto. Ofrece unos consejos a su yo anterior que son de gran valor para tomar conciencia de enfermedad y para aceptar el tratamiento farmacológico.
El exhaustivo repaso que hace de todos los medicamentos que ha tomado a lo largo de los cuatro años, sin duda, resultará de interés para quien esté recorriendo un camino similar.
Ellen elaboró este cómic para ayudar a otras personas en su misma situación y para mejorar la comprensión del trastorno bipolar para familiares y amigos y sepan lo que significa vivir con él.
Premios y enlaces de interés
RESEÑA REVISADA POR MÓNICA LÓPEZ