Tema
Penélope es una cirujana que lleva diez años colaborando con misiones humanitarias en el extranjero. Cuenta con el apoyo total de su familia, que la espera a sus retornos con cariño y comprensión. Pero la doctora cada vez se ve más fuera de lugar, y además se trae sus propios fantasmas del trabajo.
Puntos fuertes
Las dos vidas de Penélope hace hincapié en la frontera que separa el trabajo de la familia del profesional sanitario. Plantea la despersonalización a la que se puede llegar cuando se vive inmerso en la profesión médica, especialmente cuando se trabaja en otra localidad.
La obra comienza con una interesante representación de las dos vidas paralelas de la protagonista, al contar en dos filas de viñetas la menarquia de su hija, que tiene que apoyarse en su abuela dada la ausencia de su madre, frente a la pérdida para Penélope de una paciente de la misma edad de su hija en el conflicto de Alepo (Siria).
Penélope vuelve a casa y descubre en su equipaje al fantasma de la niña muerta en Siria. Esta la irá acompañando durante su vuelta a casa, y representa a todos esos fantasmas que muchos sanitarios arrastran durante su carrera. Casos que marcan, errores que puedan cometer, en definitiva una voz de la conciencia que acompaña durante mucho tiempo, no necesariamente en forma de demonios, sino como recuerdos rumiantes que se puede tardar mucho en dejar ir.
El dibujo es muy simple y está coloreado con acuarelas. El uso de la acuarela tiene mucho peso narrativo, especialmente en lo que respecta al fantasma de la niña muerta, con un tono rojo vivo único para ese personaje. Marca una diferencia con respecto al resto y sirve como representación del concepto incluso cuando se mezcla con el escenario.
Por qué es medicina gráfica
Las dos vidas de Penélope no es una patografía gráfica. No gira en torno a ninguna enfermedad. No podemos decir que ese fantasma de la niña muerta sea debido a un síndrome de estrés postraumático, ni a una crisis de ansiedad. Simplemente representa la importancia y el peso de la responsabilidad de los sanitarios que, con una mala decisión o simplemente porque no se puede hacer nada, acabamos siendo testigos de la pérdida de una vida. Y tenemos que lidiar con ese recuerdo.
También representa, con una situación muy específica (la medicina humanitaria), la mella que hace la profesión en la vida personal de los sanitarios. Aunque no se trabaje en el extranjero, las jornadas de atención continuadas con turnos de 24h, en festivos o fines de semana suponen una importante huella sobre la vida privada.
En menor medida, también se hace hincapié en la normalización que puede llegar a vivir una persona que trabaja en escenarios de guerra hacia el horror y la barbarie de este tipo de conflictos.
Una gran obra para la reflexión sobre el sufrimiento de los profesionales sanitarios y esa falsa dicotomía que parece plantearse de profesional vs persona.
Premios y enlaces de interés
https://www.astiberri.com/products/las-dos-vidas-de-penelope