Por qué es medicina gráfica

Esta es una obra que a pesar de parecer muy “liviana”, cumple un doble rol: por un lado entretiene mientras seguimos los pasos de Miguel y Ana en su embarazo y sufrimos con ellos las bromas de sus amigos, las presiones de sus familias y de la medicina tradicional, por el sitio donde tendrán el bebé, el nombre, la ropa, la habitación, etc.…
La representación de este proceso por el que viven Miguel y Ana transita entre la vida “real” de las relaciones humanas, visitas al doctor, talleres de parto, etc., y las representaciones simbólicas de los cambios (“metamorfosis”) del cuerpo de la mujer, cambios en las relaciones íntimas de pareja, el lanzarse al abismo de la paternidad, el tren que va por un recorrido seguro y conocido, mientras que la pareja protagonista decide explorar en una barca aguas inexploradas (otras alternativas de parto, anestesia, etc.)… una buena combinación de métodos que refrescan la lectura.

Por otro lado nos educa acerca de alternativas de las que, al igual que los protagonistas, el lector quizás no es consciente (alternativas de parto, cesárea sí o no, anestesia), aunque, y esto es una fortaleza, no “resuelve la duda” acerca de cuál es o no la “respuesta correcta”, sino que deja al lector con la “obligación”, si es que quiere, de informarse de forma seria y responsable en otros medios (huyendo de “san gugl” como aparece representado en la obra) para poder así tomar la mejor decisión. El libro es así un vehículo para una salud informada pero sin que imponga una opción sino que las abre para que el lector decida posteriormente. Por último, un elemento divertido y curioso que no se encuentra en otros libros es que al momento del parto, la representación del mismo, en la línea de lo descrito más arriba está en blanco para que el lector lo llene como quiera, como haya sido o desee que sea su experiencia, lo cual supone un guiño dejando a la imaginación del espectador el parto que decidieron Miguel y Ana para su hijo.