Isolada

Isolada

Autores/as
Keiler Roberts
Traducción
Alberto García Marcos
Número de páginas
128
Fecha de publicación
22/06/2020
Editorial
Alfa Cómics
ISBN
978-84-121442-4-6

Tema

Es un cómic autobiográfico que trata sobre el afrontamiento real y cotidiano en relación a su enfermedad y como afecta en los aspectos de la vida diaria.

Puntos fuertes

¿Cómo es de verdad, la vida diaria y cotidiana de una persona que padece un trastorno mental? ¿Cómo afecta en su relación familiar y social? Estas y otras preguntas las podemos responder con toda claridad leyendo este cómic. En solo unas cuantas páginas van a poder percibir con extremada sencillez hechos, sucesos, conductas y modos de proceder en muchas circunstancias reales de la vida de una persona que vive con un trastorno metal como es la bipolaridad. 

Keiler Roberts se establece a sí misma como protagonista en las viñetas, y aborda con mucha autenticidad y franqueza temas habituales de su día a día en relación a la vida como madre (gran parte de las historias se relacionan con su hija Xia), en relación con su esposo Scott, sus padres y otras amistades. Y sobre todo, en cómo lidia toda esta coyuntura social y familiar con el trastorno bipolar y otras dolencias neurológicas sin diagnosticar.

La autora construye las historietas con mucha simplicidad, en todas busca un tono bromista y hasta caricaturesco. Sea cual sea el tema que trate lo refleja con un tipo de humor muy ingenioso, ya que consigue personalizar las emociones que siente y la aceptación de las circunstancias vividas. Los ritmos narrativos son como instantáneas en lugar de historias continuas. No suelen durar más de dos páginas. Algunas están descritas como escenas aisladas, o momentos fragmentados en términos de tiempo y secuencia. Para Roberts, el uso de las historias no es para llegar a una conclusión, busca que el lector pueda reaccionar a su manera mediante los saltos de escenas. No pretende controlar totalmente la forma en que se interpreta, aunque el enfoque es muy intuitivo, y permite percibir muy rápidamente la personalidad y el estado de ánimo en la estructura narrativa. En sus tiras las emociones son poderosas y se anda sin rodeos, aunque hay cierta moderación cuando habla de la enfermedad. No es un cómic didáctico sobre la enfermedad, aunque con la especificidad en que se adentra en los temas y la forma en que las dispone para el lector, hace que la audiencia se relacione con ellas enfatizando en la curiosidad cognitiva y particularmente, la emocional.

Roberts comenta que para construir las historietas se basa en anotaciones y registros que escribe en su diario, conversaciones y momentos de la vida real. Con el dibujo la autora quiere que lograr la sensación de realidad e inmediatez, son sencillos y poco precisos pero contundentes, hechos en tinta y sin detalles importantes, pero con mucha expresividad en los personajes.

La autora muestra conscientemente cómo es vivir con la bipolaridad, los altibajos y como afronta estas situaciones. Lo hace de una forma accesible y fácil. No pretende complacer al público, solo explicar lo que siente y hace. Vemos cómo examina en algunas escenas sus problemas de espalda, problemas neurológicos y otros síntomas que aun no encuentran explicación, por lo que no tiene diagnóstico. Momentos tranquilos de alegría, momentos de frustración, momentos felices de familia, momentos de satisfacción, etc. La vida real y cotidiana de una persona que vive con una enfermedad de bipolaridad y como afecta en la vida familiar.

Por qué es medicina gráfica

El estigma hace referencia a la atribución de cualidades negativas y despectivas sobre un colectivo de personas que pasan a ser vistas, pensadas y tratadas a través de un prisma construido sobre prejuicios y falta de información. Cuando hablamos de personas que sufren un trastorno mental, hay que tener en cuenta que no solo tienen que lidiar con la gestión en el control de la enfermedad, si no que además subsisten con este estigma, con la desigualdad en oportunidades, con la exclusión y con la discriminación social en relación a la enfermedad que padecen. Con este cómic, Keiler Roberts, aporta un testimonio de mucho valor hacia la normalidad en la vida y en la atención de las personas con trastornos de la salud mental. Cada una de las historias representadas parten de experiencias y vivencias íntimas y cotidianas, en el ámbito familiar, en la educación de su hija, en la relación con su pareja, en la de sus padres, amistades, etc. Sin lugar a dudas, la autora se pone en primera persona para que podamos descubrir la naturalidad en como afronta las situaciones diversas y cotidianas con autonomía, empoderada y trabajando para preservar la autoestima y el bienestar personal y familiar. No solo es de agradecer este testimonio personal y sincero que ayuda a desestigmatizar a las personas que sufren alguna enfermedad mental, sino que además lo demuestra con muchos ejemplos de acompañamiento por parte de sus familiares, amistades, y sobre todo por su pareja e hija.

Hablar abiertamente sobre el trastorno bipolar y los estados de ánimo, desde la propia experiencia cotidiana y reales, contribuye a visualizar con normalidad momentos sencillos en relación a la vida familiar y social. Pero además, provoca al lector gran empatía con la autora por la total cercanía de los temas que trata. Hay muchos ejemplos, uno muy relevante es cuando Roberts le explica a su hija que tiene una enfermedad mental.

Toda persona que sufra una enfermedad no solo tiene “problemas” sino que también tiene la capacidad de compensar la situación con conductas para mantener la salud y el bienestar. En este sentido Roberts nos muestra mediante este cómic autobiográfico cómo estilos de vida saludables acompañados de recursos familiares y sociales, funcionan como factores protectores hacia descompensaciones de la misma enfermedad. La relación afectiva que tienen los padres y su marido hacia Roberts es reflejada como un soporte para afrontar las circunstancias diarias relacionadas con la enfermedad.

De forma paralela y constante la autora nos muestra una forma de afrontar y vivir con la enfermedad con humor. Reírse de las propias situaciones personales y transmitirlas en el cómic es y ha sido terapéutico para ella misma, tal como describe en algunas entrevistas.

Por todas las razones que les he descrito y muchas más, creo que esta obra puede contribuir a la formación y a la sensibilización hacia diferentes colectivos profesionales de los ámbitos de la sanidad, de la educación, de la justicia, etc. Y realizar actividades para analizar y combatir los estereotipos, los prejuicios y las discriminaciones asociados a la enfermedad mental.

Premios y enlaces de interés

Isolada le valió a Keiler Roberts en 2017 una nominación a mejor cómic en los premios Ignatz y ha sido seleccionado como uno de los cómics imprescindibles del primer semestre de 2020 por la ACDCómic

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