Tema
“La hija de la luna” es la historia de Nila y su viaje desesperado en búsqueda de ayuda para la extraña enfermedad de su madre, un viaje en el que ella misma conseguirá valorarse y entender mejor su situación.
Puntos fuertes
La autora crea un mundo mágico y fantástico para ambientar una obra que trata, aunque de manera algo mística, cosas muy reales como la enfermedad, cómo la viven los familiares, cómo les afecta…
El estilo artístico le va como anillo al dedo, optando por un estilo que podría recordar a algunas películas de Disney o Estudio Ghibli. El color invade las páginas y dota de preciosismo ilustraciones que ocasionalmente llenan la página entera sin texto.
Aunque la obra opta por un desarrollo algo onírico y fantasioso del viaje de Nila, más propio de una historia de aventuras, así como para la explicación de la enfermedad, podemos ver el valor de sus metáforas y personajes como representación de la enfermedad y todo lo que la rodea.
En la representación de la madre enferma, aunque no se trate de una enfermedad real, vemos signos y síntomas que nos pueden recordar a algún tipo de demencia. La mirada perdida, el no reconocer a sus seres queridos, los momentos de lucidez en contraparte de los momentos de agresividad, ansiedad…
La desesperación de un marido que lucha por su esposa, que la cuida, que trata de mantener la situación lo mejor posible, pero que no cesa en buscar una posible cura o alguna solución, aunque algunas decisiones, a veces, no sean las correctas. La confianza puesta en “los sanadores”, aquí representados como poderosos brujos místicos, y la resignación al no conseguir los resultados esperados.
Nila, nuestra protagonista, es una niña que vive la enfermedad de su madre como otros muchos podríamos vivir. De ella, quien en muchas ocasiones se siente desplazada, nacen preguntas de culpabilidad, de miedo, de si en algún momento le puede ocurrir lo mismo que a su madre… Vemos su deseo de ayudar, de ser útil, de que todo vuelva a ser como antes de la aparición de la enfermedad. La metáfora de la desaparición de su hogar tras el nuevo brote de su madre, la llevará a conocer a Olivio, el capitán del “barco arenero”, quien la acompañará en su travesía por el desierto y será la primera piedra para el autoentendimiento de Nila. Su viaje culminará en un giro de pensamiento que la llevará a la aceptación, a dejar de aferrarse al pasado y mirar al futuro con otros ojos que le permitan ayudar a su familia y a sobrellevar la situación ella misma.
Por qué es medicina gráfica
Dado el tratamiento tan metafórico de la enfermedad en la obra, que no se trata de una enfermedad real y la dota de una explicación fantástica y mística, no podemos hablar de “patografía” en este caso. Pero como hemos comentado anteriormente, es en la representación de la enfermedad como un todo, en “la familia enferma”, y el camino hacia la aceptación donde está el valor de esta obra como Medicina Gráfica.
Es una obra que puede ayudar a algunos familiares de enfermos a entender su situación, a verse reflejados en sus páginas y, quizás, a asentar las bases para afrontar la enfermedad de un modo distinto. Por su tono fantástico y su estilo artístico sería especialmente recomendable para el público infantojuvenil, aunque recomendaría acompañar su lectura de un trabajo posterior con el lector para ayudar al entendimiento de la misma y dar pie a conversaciones que ayuden a trabajar el autoentendimiento y la aceptación de la enfermedad.
Premios y enlaces de interés
Twitter de la autora: https://twitter.com/Greta_Xella
Tráiler del libro:https://twitter.com/lianaeditorial/status/1511814976062857218?s=20&t=1F4E7-pIwg5krycolEni6g