Puntos fuertes

Nos encontramos ante un trabajo muy personal y de una gran fuerza emocional. Maite dibujó durante años en sus cuadernos, como una vía de escape. La única forma en la que podía expresar sus sensaciones y emociones era a través de dibujos. Encontró así una manera de volcar aquello que no podía comprender.

Dibujó para sí misma. Tiempo después pensó enreunir esos bocetos para contar una historia. La historia de una crisis. Dividió la narración en cinco partes, que dibuja en el índice, haciendo un símil con las cinco capas de la epidermis. En su lugar coloca: tierra, barro, lodo, fango y polvo.Nos lleva a excavar en su herida, en su dolor, atravesando esas capas mediante metáforas creadas con dibujos y palabras.

Las ilustraciones son bocetos realizados a lápiz, sin más artificios ni colores. Muestran un dibujo desnudo que, en palabras de la autora, va muy bien con el ejercicio de desnudarse que supone la publicación de estos cuadernos íntimos. Las líneas y borrones transmiten la fuerza y la emoción de la que nacen. Los dibujos incluyen breves anotaciones y citas escritas a mano, sumando sensaciones que no dejan indiferente al lector.

En algunas páginas predomina el color negro. En otras el blanco. A veces, es una oscuridad que lo ocupa todo o casi todo y ahoga a la protagonista. Otras veces, el espacio en blanco enmarca escenas, no menos inquietantes, como vísceras infestadas de insectos. Un ejemplo lo vemos en la misma portada,que contiene un corazón plagado de hormigas sobre un fondo blanco.

También debe destacarse el cuidado trabajo de composición. Gracias a él se consigue que cada página comunique al máximo.El libro se creó a partir de una selección de dibujos,que fueron escaneados de los cuadernos originales y recolocados con maestría para crear esta obra.

Desde la portada a la contraportada, Maite nos envuelve en su «suciedad» utilizando tan solo un lapicero.