Puntos fuertes

Dejando de lado lo polémico de la obra en términos de la historia y lo que supondría en relación al status quo de Spiderman y sus personajes, es un libro que te atrapa desde el comienzo, y que tanto en guión como en dibujo, llevan al lector a preguntarse qué pasará en las próximas páginas. La rabia de Peter, frente a lo que no conoce, a lo que todos le dicen que es el final del camino, choca mucho respecto a la cara que normalmente vemos en él, la desesperación al ver que la vida de su tía se escapa entre sus dedos a pesar de pedir las más diversas ayudas a muchos personajes, amigos y enemigos, todo para salvar su vida. Pronto vemos que lo que lo mueve, el motor de la historia desde este punto de vista es la culpa, la sensación de que si él hubiera hecho algunas cosas de forma distinta, esto no estaría pasando. Por tanto, siente que es su responsabilidad que tía May siga adelante con vida.

Por tanto, un punto fuerte es lo trepidante y lo intenso del ritmo, que no decae en estos 4 capítulos que conforman la obra, mientras que, a la vez, cuestiona al lector, dejando caer preguntas que surgen en el diálogo de Peter con otros personajes (Dr. Extraño, Mary Jane), pero que nos podríamos hacer nosotros en una situación similar de un ser querido que se encuentra en una situación muy grave. ¿Hasta qué punto debemos “luchar” por esa persona? ¿Lo estamos haciendo por ella o por nosotros? ¿En qué momento decidimos “soltar” y aceptar que quizás lo mejor para esa persona no es seguir conectada a un ventilador, a una máquina que la sostiene con vida?

De esta manera, otro punto fuerte es lo trascendente de las preguntas que surgen, a pesar de estar enmarcada en una obra de estas características, que algunos podrían ver como un “tebeo para chavales”, sobre todo por los elementos inverosímiles que van apareciendo.

Por último, el final, que no desvelaré aquí para los que no hayan leído la obra. De todos modos, no es indiscreto decir que no hay una victoria “limpia” o blanco y negro. Aquí hay dolor, pérdidas, y también victorias. No hay una bala mágica en esta obra que resuelva todo. Y eso es lo que hace grande este cómic, lo real que es por lo que nos plantea, a pesar de lo fantástico de su contexto.