Tema
María es una joven estudiante de ilustración que ingresa en una planta de psiquiatría durante un mes por un trastorno psiquiátrico. Durante su ingreso realiza dibujos que después convierte en un libro autoeditado y que finalmente es publicado por una editorial.
Puntos fuertes
Duermo Mucho es una novela singular. Es difícil describirla como novela gráfica, no es un cómic, probablemente es más un libro ilustrado pero lo que sí está claro es que aporta como Medicina Gráfica, es decir como herramienta útil en el mundo sanitario. Sin duda el punto más fuerte es el hecho de ser autobiográfica.
Mezcla texto e ilustración de manera irregular y algo anárquica, dando el tono adecuado a la historia que relata. Los dibujos son todos a lápiz negro con algún toque azul oscuro y los objetos y espacios tienen más detalle que las figuras humanas, que suelen carecer de algunos rasgos faciales. No son muy cuidados, como bocetos que nunca llegan a completarse y es precisamente eso lo que transmite de una manera sensacional el estado de ánimo de la autora. Su estilo es muy personal y atractivo. Son llamativas las manos, que tienen un aspecto algo fantasmal en algunos dibujos. Uno se pregunta si María, como ilustradora siente que son sus manos la mejor expresión del estado de ánimo.
Algunas frases aparecen escritas a mano y el resto es un texto tradicional, organizado en párrafos más o menos largos y con una fuente sencilla (Arial tamaño 12 ) Hay un par de páginas en las que utiliza la desorganización del texto para describir desorganización mental, saliendo la frase del borde de la página. «No puedo, no puedo, no puedo…» desembocando en una página de tachones negros que transmiten una sensación muy real de angustia al lector.
Este libro es una mezcla de reflexiones, sensaciones, descripciones y análisis de un ingreso psiquiátrico en primera persona. Algo poco frecuente en la literatura.
Por qué es medicina gráfica
Las enfermedades psiquiátricas continúan siendo un tabú para la sociedad. Más aun, un ingreso a una planta de psiquiatría suele conllevar un halo de misterio, y de situación siniestra. El relato de María, su personal tono de humor, sus dibujos y el aire de normalidad con que relata su historia es un soplo de aire fresco a todo este misterio.
Duermo Mucho tiene mucho que ofrecer en lo que llamamos Medicina Gráfica. En primer lugar desmitifica un ingreso psiquiátrico, lo hace transparente; esto puede ayudar mucho a pacientes y familiares en esta situación. María habla de cosas positivas, de las amigas que hace (a quien dedica su libro), del compañerismo entre los pacientes, describe las rutinas y los espacios que habita e incluso la preciosa vista desde las ventanas de la planta. Por supuesto parte de las descripciones hacen referencia a un lugar «oprimente y opresor» pero sin duda nada que ver con la imaginería que acompaña siempre a la imagen de un psiquiátrico. Pero no solo eso, el ver que María a pesar de haber atravesado esta experiencia, es ahora una mujer que se presenta al mundo como autora de libros. Sin duda aporta es una razón para el optimismo a otros pacientes. Es una clara demostración en contra del estigma que esto supone.
Por otro lado, Duermo Mucho conlleva una interesante crítica al funcionamiento de las plantas de psiquiatría. Por ejemplo a las visitas médicas tan cortas que se realizan a veces durante estos ingresos. Como ella describe «Si la unidad psiquiátrica es la UCI de los enfermos mentales ¿cómo podía ser que los médicos nos atendieran tan solo diez minutos al día?». Dedica al principio tambien un par de páginas al pijama de hospital, «el uniforme de loca» como ella dice. Demasiado grande, cerrado con esparadrapos y al que no se permiten cordones. Por cierto, María no se anda con eufemismos y se refiere a todos los pacientes y a ella misma como «locos» y llega a decir «todos estamos como regaderas». De alguna manera, la falta de «corrección política» de este tipo de expresiones nos acercan a las propias sensaciones de algo muy íntimo. Se intuye una búsqueda de que cambiando algunas palabras, cambien algunas actitudes.
Este libro ilustrado contiene tambien alguna llamada de atención a la comunicación y nivel de empatía de los profesionales. Es interesante que María, muy bondadosamente lo justifica y dice «los psiquiatras, como los locos, no dejan de ser personas: con algunos conectarás y con otros no» Hay una ilustración muy llamativa en el que hay una médico y una paciente cara a cara. La paciente ve a la médico como un robot y esta ve a la paciente como un caso clínico. Esta imagen por si misma es excelente para la reflexión individual o compartida.
Hay varias ilustraciones muy descriptivas que ayudan a ponerse en la piel de paciente. quizás las más potentes son la de María con la cabeza llena de voces y una intensamente negra con palabras tachadas, cuya solo visión transmite ansiedad y depresión marcada.
María nos hace pensar también en la importancia de amigos y familia y de las relaciones humanas que establece dentro del hospital. Y para establecer estas relaciones curiosamente le ayuda el dibujo, una herramienta que le facilita hacer retratos de los compañeros «a cambio de su confianza». La ilustración parece ayudar a la autora como una manera de desahogo también y sin duda como una manera de pasar el tiempo.
Duermo Mucho es sin duda una obra muy recomendable e inusual.