Tema
Melinda es una chica de trece años que pasa al Insituto. Allí debe empezar de cero, no conoce a nadie y tiene que hacer nuevos amigos. Pero arrastra consigo un secreto que la consume por dentro: Un chico mayor, en una fiesta, la agredió sexualmente. Ni su mejor amiga, que ahora le da de lado por intentar entrar en el grupo de chicas populares; ni sus padres, absortos por sus propios asuntos; ni unos nuevos compañeros que la miran mal porque en la fiesta donde sufrió el abuso llamó a la policía, y todos piensan que intentaba boicotearla.
Puntos fuertes
Una obra contada desde el punto de vista de la chica, con un tono directo y duro. Utiliza mucho el simbolismo, en todos los sentidos, tanto literario, con muchas frases donde representa cómo se siente la joven («Solo necesito tiempo para que cicatrice mi nueva piel».«Arrastro las hojas de mi garganta».) como visual, con numerosas escenas en las que vamos a ver cómo la protagonista intentar literalmente borrase la cara al lavársela; o cómo ella y su depredador se convierten en un conejo y un zorro; o cómo sus padres se convierten en volcanes en erupción mientras discuten. Otro recurso, a tenor de sus clases de arte, será la identificación con el cubismo en cuanto a la sensación de despersonalización que vive Melinda.
Pero no solo con las metáforas impacta el dibujo de Emily Carroll, sino también a la hora de representar sensaciones de pánico o esa durísima secuencia de la violación, que comienza narrada como un relato de amor, con las ondas del pelo de la chica como marco de viñetas, rostros amables y dulces, y cómo se van pasando a viñetas de bordes angulados, masas de negro o manchas de tinta, y rostros que se desdibujan consiguiendo, sin necesidad de ser explícito, una secuencia realmente aterradora.
La obra está contada con un lenguaje cercano a los jóvenes, sin caer en la superficialidad, ni dar la sensación de aparentar lo que no se es. Se centra en la sensación de aislamiento y en un secreto cada vez más ácido, que corroe su contenedor y al que hay sacar fuera cuanto antes.
Adapta la obra del mismo título y autora, finalista al National Book Award en 1999. En España se editó como Cuando los árboles hablen.
Por qué es medicina gráfica
Vemos una chica con un claro estrés postraumático tras una agresión sexual. Eso la lleva a autolesionarse, le produce insomnio y distorsión de su propia imagen corporal. No solo tiene secuelas físicas sino sociales y psicológicas: Le cuesta relacionarse con los demás, y se aisla: se fabrica un refugio en un cuarto abandonado de la limpieza, donde encerrarse para no necesitar hablar con nadie. Tiene miedo a que la toquen, incluso cuando piensa en otros chicos en sentido romántico. Por otro lado, tiene un ánimo depresivo, con crisis de llanto y la citada necesidad de aislarse.
Esta obra puede y debería usarse con jóvenes, de manera docente. Muestra que una vivencia así hay que denunciarla siempre, incluso aunque haya rechazo por parte de los propios compañeros. También puede servir para mostrar lo mal que puede llegar a pasarlo una persona en esa situación, lo cual debería sensibilizar a esos jóvenes sin una clara percepción de cuándo el No es un No.
Útil para cualquier profesional sanitario que trate con niños y jóvenes.
