Puntos fuertes

Este diario no fue escrito con la intención de ser publicado sino como un refugio de la autora, al que posteriormente los lectores tenemos el privilegio de asistir. No nos habla a nosotros, sino que ella reflexiona consigo misma convirtiéndonos en espectadores en primera fila a dicha reflexión. La autenticidad del relato es palpable.

Es imposible no emocionarse con esta obra. Por un lado, está desarrollada  de tal modo que el lector se siente mucho más compañero que testigo “externo” de Nicola y John, llegando a sentir la rabia, la frustración, la alegría, y la emoción que siente sobre todo Nicola. El duelo que vive se percibe como muy “cotidiano”, no da la sensación en ningún momento de estar “pontificando” sobre el tema, solo comparte sentimientos con el papel.

Merece destacar es el formato… no es un diario al uso, ni tampoco tiene un formato clásico de “comic”… es desordenado, usando distintos tipos de “hojas”, e intercalando fotografías o recortes de periódico ocasionalmente, tal como si fuera efectivamente un diario, lo que acrecienta esta sensación de realismo, y de estar compartiendo el proceso “desde dentro».

Que sea un diario, y no una historia estructurada como tal, no permite anticipar su desarrollo, hace su lectura impredecible y muy real.

La autora cuenta el funeral, el comportamiento de las personas de su entorno ante su gran pérdida, su sensación de vacío y pérdida: «No soy una madre pero tampoco soy una no-madre, ya no tengo un guion que seguir». Comparte su desesperación y también su esperanza. Hace muchas reflexiones sobre la terminología que utilizamos en el duelo «por qué la gente dice que hemos perdido a alguien cuando se ha muerto», también revisa la «etiqueta» ante la muerte, dice que todos sabemos comportarnos en una boda pero estamos perdidos en un funeral.

Aunque toca un tema difícil como es la muerte inesperada de un ser querido, no se lee con desagrado o lejanía, es una obra que sin duda acerca el tema al lector y lo hace de forma muy humana y cercana, con la que todos podemos empatizar.

El estilo de dibujo es muy sencillo, casi infantil, en tonos de grises, poco detallado pero con gran potencia comunicadora. Una novela gráfica que cómo otras muchas vienen a demostrar que la calidad del dibujo es menos importante que el equilibrio que alcanza con su historia.