Tema
Durante la década de los setenta, Miguel Fuster era dibujante de historias románticas que gozaba de un notable éxito trabajando en el mercado del cómic por encargo. Sin embargo, un estilo de vida poco saludable y el incendio fortuito de su vivienda, hicieron que el autor acabara atrapado en el alcoholismo y la indigencia. Miguel. 15 años en la calle es la crónica de esos años.
Puntos fuertes
El por entonces joven autor alcanzó el éxito y fama durante los años setenta dibujando por encargo historias románticas que eran editados y publicados en países del norte de Europa. En aquella época, la estabilidad laboral estuvo acompañada por un buen pago por página, fruto del cambio de divisas. Sin embargo, esos ingresos estables hicieron que Miguel terminase cayendo en una vida plagada de desórdenes, lo que junto al cambio en el mercado del cómic en los años ochenta terminó por generar una crisis que culminó con el incendio de su casa y su posterior desahucio. Tras 15 años en la calle, la Fundación Arrels le recogió y ayudó. Así mismo, le animaron a contar su historia a través de un blog que tiempo más tarde sería la semilla de este cómic.
A nivel gráfico, es sencillamente espectacular. El dibujo está perfectamente esbozado en trazos muy sueltos, de forma que las líneas forman tanto dibujo como viñetas de forma compleja, realista y que otorga gran dramatismo al conjunto de la obra. Cada ilustración está realizada con una miríada de trazos negros creando un estilo inquietante que transmite, aun si leer los textos, una sensación oprimente de angustia.
EDT editó originalmente Miguel. 15 años en la calle en tres álbumes recopilatorios, y aunque existen notas de diversos autores, editores y divulgadores del mundo de la historieta que nos ayudan a entender y reflexionar sobre la vida de Miguel Fuster en la calle, la lectura de los relatos recogidos no requiere inicialmente un orden de lectura concreto.
Por qué es medicina gráfica
En la práctica clínica habitual no es infrecuente tratar con pacientes que sufren exclusión social. Sin embargo, puede resultar difícil empatizar con este tipo de pacientes. Ese es el primer motivo por el que esta recopilación de historias resulta especialmente interesante.
En el momento en el que Fuster dibujó la obra que nos ocupa, el autor modificó su estilo habitual de dibujo para plasmar no solo la rabia y la depresión que padecía, sino la propia percepción de una realidad que habitualmente nos es ajena: Se muestra la indigencia, el rechazo social y el alcoholismo desde dentro. Este estilo de dibujo ya resulta en sí mismo una metáfora visual, mostrando la realidad a ojos vista del autor.
Además, Fuster ofrece al lector cómo es su relación con el alcohol, como por un lado lo rechaza, pero por otro le acompaña en su día a día.
Miguel, 15 años en la calle explora mediante historias cortas los años más difíciles de la biografía de su autor en un ejercicio catártico ejemplar. Una muestra de cómo el uso del lenguaje del cómic puede ser una excelente forma de arteterapia. En este sentido, la fundación Arrels de Barcelona realizó un trabajo encomiable al ayudar y orientar a Miguel para volver a dibujar, y demostrar cómo a pesar de haberlo perdido todo siempre puede haber lugar para la esperanza y la rehabilitación.
Premios y enlaces de interés
Miguel falleció a los 78 años, habiendo dedicado sus últimos años a compaginar su faceta artística con su empeño en dar a conocer, de la mano de la Fundación Arrels sus vivencias como sintecho, ofreciendo conferencias y charlas. En sus últimos días de vida recibió con satisfacción la noticia que la Generalitat de Cataluña había comprado parte de su obra para la Colección Nacional.
